domingo, 18 de diciembre de 2022

cs--La bruja, 2015--ic


Sinopsis (terror):

Una familia de una colonia de puritanos en Nueva Inglaterra, es desterrada por un exceso de fanatismo del padre. Viajan hasta un territorio boscoso para crear un nuevo hogar. El problema es que hay una bruja que lo infecta todo de maldad y muerte, absolutamente todo lo que les rodea y a ellos mismos. Una “justicia” oscura les hace pagar caro su exacerbado fanatismo religioso.

Crítica: 

Debería ser la película que sirviera de introducción a La semilla del diablo.

No es, en absoluto, una película sencilla. Al terror satánico de la brujería se suma un fuerte drama de paranoia e histeria familiar. Y todo ello con un guion casi literario en su maestría. El folclore y la forma de vida de aquellos colonos, sus histerias y alucinaciones religiosas, más que rodado parece escenificado para un ensayo histórico.

Es una joya del terror. Desinhibidamente sórdida y cruel en los actos que se describen y sorprendente en su realismo.

No hay un solo instante luminoso, los días grises, los interiores y las noches en contrastada penumbra. Como si toda la familia fuera el ganado estabulado de un ser superior. La fotografía es magnífica y los planos del macho cabrío e incluso los de la liebre, consiguen ser impactantes, poderosos. El cuervo picoteando el pecho de la madre, es un cuadro goyesco.

Los actores trabajan a la perfección. Y el director lleva la película a un grado de realismo tal, que cuando acaba, por muy sórdido que sea lo que has visto; desearías que fuera real para que hiciera la vida más interesante y te arrancara de toda esta actual mediocridad que vivimos con sonrisas falsas, memes piadosos pseudo filosóficos y deseos de amor y paz puritanos en su ingenuidad infantil; producto de un retroceso a las eras más oscuras de la humanidad: cobardía, ignorancia y fe religiosa en los líderes demócratas, que resurgieron como fascistas con y gracias a la epidemia del coronavirus o covid.

Es inevitable comparar la histeria puritana religiosa de La bruja, con la actual del 2022.

Tan fascinante de ver toda esa miseria humana y cruel satanismo, como incómoda por su realismo magistral e histórico.

Esto es cine y lo demás son tonterías.

Director: Robert Eggers.

Actores: Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw, Lucas Dawson, Ellie Grainger, Julian Richings, Bathsheba Garnett, Sarah Stephens, Jeff Smith.

Nacionalidad: USA.



viernes, 9 de diciembre de 2022

cs--Crash, 2004--ic

 

Sinopsis (Drama):

Diversos personajes en distintas situaciones dramáticas que de una forma u otra los relaciona. Historias entrelazadas propias de las grandes ciudades (Los Ángeles, USA), todo lo malo que ocurre en ellas.

 

Crítica:

Es dura, dramática, emotiva, sensible, socialmente comprometida.

Una gran película y también, incómoda de ver porque todo lo que ocurre es espantosamente cotidiano y mediocremente malo. Como si no hubiera esperanza.

No hay una salida de emergencia a la magia.

Todos los personajes están conectados por las cosas malas de la ciudad, porque todo lo mezquino e indigno ocurre en las ciudades, esas granjas humanas donde hay una selección genética de sus moradores, que ha desembocado en mala y degenerativa endogamia.

Todo son grandes tristezas, porque salvo los pequeños seres, todo es enormidad en el planeta.

Todo lo que se genera en una ciudad es malo y sórdido.

Es antinatural.

Y no puede tener un final feliz.

 

Director: Paul Haggis

Actores: Don Cheadle, Ryan Phillippe, Matt Dillon, Terrence Howard, Chris "Ludacris" Bridges, Thandie Newton, Larenz Tate, Shaun Toub, Brendan Fraser, Jennifer Esposito, Loretta Devine, Michael Peña, Sandra Bullock, Bahar Soomekh, William Fichtner, Keith David.

Nacionalidad: USA



miércoles, 1 de junio de 2022

A partir de 7 años

La peor muerte que existe es la del aburrimiento, no hay nada más desesperante que encender un televisor o que empiece la proyección y que las cosas que se deberían mover y hablar no avancen, convirtiéndose siempre en la exhibición de la misma postal durante años, sin ningún tipo de alegría.

Y no es que exija alegría o fuertes emociones, simplemente me conformo con algo que despierte un mínimo de interés.

Sé que es pedir demasiado en esta época de banalidad y mojigatería paterno fascista; pero insisto en no perder la esperanza.

Y bueno, las pelis viejas, viejas son.

No voy a comer siempre los mismos frutos secos rancios, coño.

El cine más adulto y de calidad técnica se cometió (siempre hay basura, no soy un lelo) entre 1990 y 2010, a partir de aquí, comenzó a flojear con la censura y se convirtió en una saga estéril para todísimos los públicos de los héroes Marvel/Disney/DC Cómics y así, asqueados hasta el presente que, nos hace vomitar a los que no acabamos de sentirnos bien con cosas infantiles tras avanzar por la vida la hostia puta de años.

Han censurado el lenguaje, la violencia, el consumo de “droga” como el tabaco (salvo el de alcohol, marihuana, caballo, ácidos, crack y farlopa) y han promocionado en cada uno de los ladrillos que se producen anualmente, la tortillería y el mariconismo como las grandes virtudes para medrar en esta sociedad.

Muy de tarde en tarde realizan algo que pueda tener un mínimo de interés; pero los realizadores han de luchar (no siempre son dados a chupársela a los funcionarios del estado) contra la censura fascista que no permite las calificaciones a las películas que superen la recomendación de “a partir de 7 años”, y ese interés se queda por debajo de lo que te pueda importar un teletubi. Pura mediocridad.

No hay más que ver la histeria de sensiblería que provocó un villano con cierta deficiencia mental, cuyo valor máximo lo consigue cuando baja unas escaleras callejeras mal bailando; pero payasamente vestido. Porque para ser un insano villano, cometió una sola maldad y muy breve, no fuera a darse el caso que el público infantil se me mareara con la sangre. El resto de la peli, es como Historia de un fantasma, puedes ir a mear sin perderte algo importante de la proyección.

Aquel Joker le descerrajó un tiro en la sien al cine de adulto y claro, ya muerto, solo le queda pudrirse.

Y su hedor.

Ahora mirando aquellas películas del Clint Eastwood y su antiMarvel Harry sucio, fuerte y ejecutor, me doy cuenta de que las tipas que salían en sus películas tenían unas tetas de nivel extraterrestre, absolutamente adoratrices, follatrices y lamibles. Me he masturbado tanto que no recuerdo si con aquellas pelís lo hice; pero debería haberlo hecho sin pudor alguno y que mi mamá se sintiera orgullosa de su pequeño Iconoclasta.

Gástate el dinero en putas, porque en cosas inteligentes, ya no hay. Y date prisa, porque quieren convertir a las putas en santas a las que rezar en la iglesia, en su capillita, al ladito mismo de los travelos que también tendrán su capillita. No chupan nada ni se abren de patas, pero llegan a mortificar lo suyo con su absoluta asepsia. Tal vez, cuando te castigues con el mea culpa, podrías bajar con cuidado hacia la zona genital para seguir sintiéndolo; pero ya es puro fetichismo y no me va ese rollo; a mí los coños me gustan sin cosas raras, a los sumo rasurados. Aunque se me da bien y me siento mejor rasurándolos yo mismo, masajeando con esa crema blanca que se mezcla con la deliciosa viscosidad de su humor carnal y luego llega el premio de lamerlo y sus gemidos que me la…

Perdón, ya estaba divagando llevado por la emotividad del texto.



Iconoclasta


domingo, 29 de mayo de 2022

Historia de un fantasma


A Ghost Story, 2017 es un película que necesita una hora y media para explicarte que si eres un pasmado o lelo, cuando mueras serás un fantasma lelo, punto.

Para amenizar el ladrillo, te muestra una kilométrica escena de la viuda, sentada en el suelo de la cocina comiéndose una tarta entera y luego, como no podía ser de otro modo, la vomita.

Si durante la peli te dan ganas de cagar, no te preocupes y lee las noticias sentado cómodamente en el váter como yo hice. Por mucho que tardes en salir del cagadero, verás exactamente la misma escena. Yo digo que el director de dicho ladrillo incluyó un avance tecnológico: la Pausa Inteligente (PI).

Podría haber aplicado la “I” de “inteligente” e “interés” en alguna parte de la película; pero nada es perfecto y no ocurrió así.

¿Sabéis de esos marcos digitales para adornar el salón que pasan una foto cada dos horas o algo así? Pues eso es la película, pero la suerte es que solo dura esa hora y media.

Hora y media que debió ser el regalo de cumpleaños de un ejecutivo de unos estudios cinematográficos a su hijo de seis años, que hizo sus gracias con una videocámara.

Y ya, que me da dolor de cabeza.


Iconoclasta


sábado, 28 de mayo de 2022

¡Emergencia! (2022)


Las producciones de películas y series de webs de internet se fabrican en tal cantidad para llenar espacios en blanco en los servidores, que ya no existe ni siquiera la probabilidad de encontrar algo decente a pesar de los cientos y cientos de grabaciones caseras que tienen en catálogo. En lo más que se esmeran, es en el reparto; debe aparecer en algunas ocasiones algún viejo y famoso actor ya decadente que sirva de anzuelo para los ingenuos suscriptores del portal de “streaming”.

Estas productoras de “streaming”, hacen de las películas de universitarios gilipollas estadounidenses (divertidas, toscas, sin interés intelectual alguno; pero matan el tiempo), por ejemplo; auténticas novelitas rosas aptas para niños de dos años hasta para tortugas centenarias por lo absolutamente blancas y aburridas que son. Literalmente, acabas rascando el culo de un vaso para distraerte de toda esa mediocridad que escupe la pantalla. Incluso las amas de casa (si existe alguna todavía) curtidas y acostumbradas a las horrendas telenovelas hispanoamericanas, bostezarán ostentosamente pintándose las uñas de colores que no puedan confundirlas con actrices porno, por supuesto.

De este tipo de películas han eliminado hasta el humor, incluso la tosquedad. Observar algo así, como por ejemplo la que últimamente ha incluido en su catálogo Prime Video: ¡Emergencia!, 2022; es lo mismo que abrir el envoltorio de una gasa o apósito estéril: no ofrece absolutamente nada más que un blanco trozo de tela sin ninguna gracia. Así de triste.

Ni siquiera tiene la emoción de la misa televisada los domingos a la mañana.

He de confesar mi satisfacción al no ver, como ya es habitual en toda película, a dos maricas o dos tortilleras (aunque las tortilleras me ponen) dándose el filetazo en las dichosas fiestas de las fraternidades universitarias; sin embargo, en el momento de escribir esto, aún no he acabado de ver el ladrillo. Pudiera ser que dicha escena de homos, se me hubiera pasado mirando como corren los segundos en el cronómetro del teléfono móvil, no sé…

El guion ha sido escrito, sin duda alguna, por alguna monitora de niños de guardería, cuando dormían la siesta y la dejaban tranquila.

Es tan aburrida que consigue cabrearme, estoy tentado por apagar la tele. La peor película de mi vida que he visto en los últimos quince minutos. Rebuscando en mis registros mentales, no encuentro momento más humillante que el actual, tanta vida perdida para esta mierda.

Sé que podría haber apagado la televisión y a tomar por culo la mierda; pero necesito llenarme de angustia vital para dar mayor dramatismo al texto, hijoputas.

Y al final, lo que no podía ser peor: un mal actor negro mal llorando en una lacrimógena mala escena que no sé cómo coño la han colado en la mala comedia. Como si en un vestido de gala negro hubieran zurcido un remiendo de color rosa motel/burdel mexicano, así de llamativo, en la zona del culo.

Siempre digo que el cine ha muerto con el neonazismo y su puritanismo. Lo apuñalaron con el cine infantil masificado de ideología del servilismo, beatitud  y conformismo, y del tipo Dwayne Johnson-Marvel-Disney; y ahora huelo su descomposición.



Iconoclasta

lunes, 2 de mayo de 2022

El nuevo y castrado James Bond

Con la última película de James Bond, Sin tiempo para morir, 2021; se ha conseguido hacer del agente secreto una especie de Tintín al que George de la jungla 1997, de Disney, supera en violencia, aunque no en comicidad. Las muertes en las películas de Bond, se han hecho tan dulces como beatos los disparos sin sangre ni su color. Es un tanto triste, sobre todo si Fleming viviera para ver la cosa piadosa y monacal en la que han convertido al castrado y asexuado 007. 

Desde aquel James Bond de Casino Royale 2006 hasta la actualidad, han conseguido en quince años hacer de las películas del agente secreto una especie de saga de héroes tan sosos y repetitivos como los de marvel, dirigido exclusivamente al público infantil y adolescente. Y eso se debe a que las productoras audiovisuales solo realizan obras que coinciden con el nivel intelectual del gran público, es algo básico para obtener beneficios.

Esto quiere decir que la calidad del cine se ha situado a la altura del público. Y si el gran público tiene una mentalidad de entre cinco y 16 años, el cine adulto ha muerto definitivamente, es obvio.

Pareciera que en las películas de adultos, ya disparan con pistolas de juguete con lo que los actores tienen que hacer ellos el ruido del disparo o la onomatopeya, como hacíamos los niños cuando no se nos prohibía jugar como queríamos, con aquellas pistolas de plástico tan peligrosas ahora para las dictaduras de las falsas democracias socialistas o liberales de mierda, en su idioma nazi.

Lo que no debería pasar inadvertido a la chusma, por muy deficiente mental que sea, es que en las películas cuando alardean de que censuran el consumo de tabaco, no se censura la ingesta de bebidas alcohólicas, que son el gran daño sanitario y sociofamiliar de las actuales sociedades.

Con las películas de James Bond en este caso,  porque la censura ha infectado todo el cine adulto; es exactamente lo que ha ocurrido con el neonazismo surgido mediante el coronavirus en las podridas y decadentes democracias europeas y de corte occidental: las estadísticas sobre el nivel intelectual de la población confirmaron que era el momento de encarar la dictadura ya que sería acatada, obedecida y adorada por el noventa por ciento de la población, que a su vez es exactamente el mismo porcentaje que se ha vacunado incluso hasta cuatro veces a pesar de que no había vacuna de nada. Y a su vez es el idéntico porcentaje poblacional que ostenta ese intelecto entre infantil y adolescente; o sea que la población adulta ha descendido peligrosa y graciosamente hacia la deficiencia mental.

Han corrompido el cine, la literatura, la historia, la educación, la inteligencia, el ingenio, la madurez, la dignidad, el valor, el esfuerzo, la creatividad y la determinación; con lo cual ya puede decirse que la especie humana se ha extinguido. En las guerras y pandemias ya no mueren seres humanos, solo son vacas sin ningún valor intelectual intrínseco.



Iconoclasta