lunes, 2 de mayo de 2022

El nuevo y castrado James Bond

Con la última película de James Bond, Sin tiempo para morir, 2021; se ha conseguido hacer del agente secreto una especie de Tintín al que George de la jungla 1997, de Disney, supera en violencia, aunque no en comicidad. Las muertes en las películas de Bond, se han hecho tan dulces como beatos los disparos sin sangre ni su color. Es un tanto triste, sobre todo si Fleming viviera para ver la cosa piadosa y monacal en la que han convertido al castrado y asexuado 007. 

Desde aquel James Bond de Casino Royale 2006 hasta la actualidad, han conseguido en quince años hacer de las películas del agente secreto una especie de saga de héroes tan sosos y repetitivos como los de marvel, dirigido exclusivamente al público infantil y adolescente. Y eso se debe a que las productoras audiovisuales solo realizan obras que coinciden con el nivel intelectual del gran público, es algo básico para obtener beneficios.

Esto quiere decir que la calidad del cine se ha situado a la altura del público. Y si el gran público tiene una mentalidad de entre cinco y 16 años, el cine adulto ha muerto definitivamente, es obvio.

Pareciera que en las películas de adultos, ya disparan con pistolas de juguete con lo que los actores tienen que hacer ellos el ruido del disparo o la onomatopeya, como hacíamos los niños cuando no se nos prohibía jugar como queríamos, con aquellas pistolas de plástico tan peligrosas ahora para las dictaduras de las falsas democracias socialistas o liberales de mierda, en su idioma nazi.

Lo que no debería pasar inadvertido a la chusma, por muy deficiente mental que sea, es que en las películas cuando alardean de que censuran el consumo de tabaco, no se censura la ingesta de bebidas alcohólicas, que son el gran daño sanitario y sociofamiliar de las actuales sociedades.

Con las películas de James Bond en este caso,  porque la censura ha infectado todo el cine adulto; es exactamente lo que ha ocurrido con el neonazismo surgido mediante el coronavirus en las podridas y decadentes democracias europeas y de corte occidental: las estadísticas sobre el nivel intelectual de la población confirmaron que era el momento de encarar la dictadura ya que sería acatada, obedecida y adorada por el noventa por ciento de la población, que a su vez es exactamente el mismo porcentaje que se ha vacunado incluso hasta cuatro veces a pesar de que no había vacuna de nada. Y a su vez es el idéntico porcentaje poblacional que ostenta ese intelecto entre infantil y adolescente; o sea que la población adulta ha descendido peligrosa y graciosamente hacia la deficiencia mental.

Han corrompido el cine, la literatura, la historia, la educación, la inteligencia, el ingenio, la madurez, la dignidad, el valor, el esfuerzo, la creatividad y la determinación; con lo cual ya puede decirse que la especie humana se ha extinguido. En las guerras y pandemias ya no mueren seres humanos, solo son vacas sin ningún valor intelectual intrínseco.



Iconoclasta

lunes, 13 de diciembre de 2021

En realidad, nunca estuviste aquí (2017)


Joe (Joaquín Phoenix) dice con la cara ensangrentada:


–Tío… En serio, no sé que coño está pasando aquí; pero la verdad es que… Me importa una mierda.


Ojalá Joker (interpretado por Phoenix) hubiera sido una cuarta parte de lo interesante y dura que esta película.

En realidad, nunca estuviste aquí; retrata la locura como pocas veces se ha visto.

Una apoteosis de cine negro.

Bravo por Lynne Ramsay (directora y guionista) y por Joaquín Phoenix, impresionante.


martes, 2 de noviembre de 2021

Dune (2021), otra cosa más al estilo Disney


Sinopsis (ciencia ficción):

Una familia aristócrata recibe el encargo de hacerse responsable de la producción de una valiosa especia que se recolecta en el desierto del planeta Arrakis o (Dune). La familia a la que se le ha quitado el negocio de la explotación por orden del emperador, entra en guerra con la nueva.


Crítica:

Si pretende ver Dune (2021) alguien a quien le guste la ciencia ficción, que sepa que va a ver otra peliculita blanca tipo Disney. Al principio puedes temer que además del Momoa, aparezca Dwayne Johnson; pero afortunadamente no es así.

Es una Guerra de las Galaxias más, algo así de poco peligroso; apto para todos los públicos que no tengan ninguna inquietud intelectual. Tan vacía que ni siquiera se puede ver un poquito de sangre para que no se diga que es apológicamente violenta. Más que para todos los públicos, deberían avisar que es algo como Dora la exploradora, exclusivamente para el público infantil.

Por otra parte, la relación del protagonista con su amigo (Momoa), está más cerca del homosexualismo que de la fraternidad, con lo cual ya empezamos a ver el tan habitual dogma de la “inclusión”, flotando entre la especia tan deseada.

Mucho montaje informático para contar una historia de un joven atormentado por el subidón hormonal de la adolescencia y poco más que unos cuantos playmobil vestidos con exóticos trajes haciendo poses y muriendo sin una sola gota de sangre.

Porque los malos, son los menos malos del mundo del cine y los buenos los más estúpidos del mundo del cine.

Artísticamente, supongo que gracias al esfuerzo del director, los actores no actúan; pareciera que tienen parálisis cerebral. Así que mientras estás plantado delante de la pantalla, procedes a investigar tus uñas, su longitud e higiene y así hacer más llevadero el metraje inacabable que dura el ladrillo.

De fotografía e informática, la peli es correcta, conforme a la mediocridad e infantilismo imperantes que rige Marvel-Disney.

El juego de Ender (2013) otra película que hace mierda una novela, pasa a ser obra maestra en comparación con Dune (2021).

Tanto cacarear de gran producción y vuelves a ver algo al estilo anodino e infumable del último Spyderman.

El cine está muerto. Solo las producciones propias de las webs de películas y series a la carta, hacen de vez en cuando alguna película comprometida, ya que no corren el riesgo de fracasar en taquilla. El streaming es el último reducto del cine, porque en las salas ya es cadáver.

 

Director: Denis Villeneuve.

Actores: Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Josh Brolin, Stellan Skarsgård…

 

Nacionalidad: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Hungría.



jueves, 18 de febrero de 2016

Lo que hacemos en las sombras, 2014


Sinopsis (humor negro, terror):
Un equipo de televisión realiza un documental sobre cuatro vampiros que viven camuflados entre la gente normal. Estos vampiros muestran a las cámaras su forma de vida, sus problemas, inquietudes e ilusiones. Su difícil relación con los mortales y sus pequeños problemas domésticos.

Crítica: 
Rodada al estilo de los docudramas basura de los canales de pago de cadenas televisivas productoras de saldos, como MTV; muestra con un gran humor y un mayor sarcasmo la hipotética vida de cuatro vampiros  que comparten casa. Aunque pueda parecer una producción barata, llegan  a sorprender los medios de efectos especiales y el guión divertido e ingenioso.
Los actores, fabulosos, bordan sus papeles y la originalidad de algunas situaciones es también sorprendente. En algunos momentos, incluso podría ser inquietante dentro de toda esa comedia.
De vez en cuando, hay destellos de genialidad que avisan al espectador de que la dirección de la película no es una broma, que actores y directores tienen la suficiente habilidad y formación para hacer una película seria y de buen presupuesto si así quisieran.
Un gustazo de película divertida y sorpresiva.
La originalidad y el ingenio al poder.
Bravo.

Director: Jemaine Clement y Taika Waititi.
Actores: Jemaine Clement, Taika Waititi y Jonathan Brugh.

Nacionalidad: Nueva Zelanda.


domingo, 14 de junio de 2015

Tomorrowland: El mundo del mañana, 2015


Sinopsis (ciencia ficción):
Un hombre ante una cámara habla de una hecatombe, de lo que le va a ocurrir el mundo tras una cuenta atrás, una voz de niña le dice que cuente mejor como era antes el mundo.
La sociedad humana está al borde de una hecatombe y una niña recibe un pin (una insignia) mágico que la transporta a un lugar futuro lleno de maravillas, se marcha de casa para buscar la forma de llegar a ese mundo y se encuentra con otra niña que la protege  y la ayuda buscar a un genio inventor para que la conduzca a ese lugar maravilloso.

Crítica: 
Hay películas que vas a ver porque no hay otra cosa que hacer, no hay otra oferta. Y a quien le gusta el cine, debe ir al cine, independientemente del resultado.
Yo me resistía a ir a verla. Sabiendo que es de Disney no puede aportar nada interesante a alguien con un mínimo de formación cultural. Disney debería dedicarse solo a los dibujos animados y caricaturas, querer hacer cine con interés social, cultural o mínimamente intelectual no es lo suyo.
Demasiada tradición fascista arrastra esa productora.
Es infantil y ridícula la actuación de Clooney, es infantil y ridícula la actuación de Britt que demuestra que tiene unos buenos pechos, disimulados entre mucha ropa fea para que no sea obvio y nada más. Es infantil y ridícula la actuación de Hugh Laurie. Todo es ridículo y apesta a mensaje mesiánico falangista o estalinista, cada cual lo puede adjudicar a sus miserias políticas favoritas, dependiendo si es de derechas o izquierdas, pero en ambos espectros, la película es un fracaso y su guión un melodrama tan solo coherente con la vulgaridad, lo simplón e intrascendente y la más trasnochada candidez de los años 50 del siglo pasado.
El director se limita a rodar las escenas centrado exclusivamente en la ciudad futurista, todas las demás escenas acaban siendo soporíferas al cabo de dos o tres segundos. Conseguir que un buen actor como Clooney quede como un artista novato de serie de televisión latinoamericana, requiere esmerarse en ser muy pésimo.
No dejé de mirar el reloj a partir de los primeros diez minutos para poder vomitar toda esa glucosa ordinaria en la calle y fumar un poco de cáncer que le diera trascendencia a tanta estulticia facilona.

Director: Brad Bird.
Actores: Britt Robertson, George Clooney, Hugh Laurie.

Nacionalidad: estadounidense (coproducida con España).