Me encanta, me parece esperanzador que el musical Joker 2, haya sido una mierda y fracaso de taquilla. La paranoia colectiva del primer Joker de Phoenix, que realmente era vida y milagros de un deficiente mental, no ha dado más de sí para que este segundo ladrillo causara el mismo efecto global.
La absoluta paranoia por el arte interpretativo de Phoenix… Pobre hombre, era el mismo plano copiado y pegado en todas las escenas. No hubo un solo segundo de locura, incluso cuando mata al presentador, consigue que parezca un accidente.
Una buena película de verdad de Phoenix es En realidad, nunca estuviste aquí (2017) donde borda al personaje sin necesidad de un baile con parálisis cerebral en una escalera (lo que más emocionó a un público hiper adoctrinado en el estalinismo woke) su personaje era de una dureza y tormento colosal. Había un buen trabajo de dirección, actor y guion. No jodas, que peliculón…
Aquel Joker de Phillips (que era otra cosa diferente al villano, desagradable y amorfa) sólo indicaba que iba a empeorar en la segunda parte. ¿Qué le pagaron o prometieron al triste director para hacer semejante mamada?
Hicieron de un villano del cómic un retrasado mental para inspirar piedad por su condición.
Ahora resulta que además de clínicamente imbécil, el Joker es cantante...
Así es el cine del nazismo estalinista homosexual o woke, pervierte y degrada incluso a los villanos de los cómics para niños.
Afortunadamente la última mariconada no ha causado la alucinación colectiva de la primera mala, mediocre y monótona primera película; que si la alabaron fue porque esperaban que en la segunda parte se desarrollara el personaje en todo su esplendor de crueldad y sarcasmo, ya con menos retraso mental.
Y es que el Joker de Heath Ledger debió crear una grandísima envidia en el director del Joker de Phoenix y quiso superarlo con la metafísica de la doctrina estalinista woke.
La basura globalista y sus doctrinas de amor y tolerancia por los monstruos (quien bien te quiere te hará llorar, como hace este estalinismo estrangulando la libertad y la economía de los trabajadores) hace mierda los cerebros de la chusma que se deja embaucar por las redes sociales y su publicidad.
Hasta que no se inicie una gran guerra contra esta dictadura venenosa globalista, seguirá destruyéndose la inteligencia, el conocimiento y la honestidad; porque contra un fascismo sea de izquierdas o derechas no valen las palabras ni la razón, sólo el uso de la fuerza, la ferocidad y su crueldad.
Porque la opción a la guerra es dejar de comer carne y alimentarse de placas solares.
Fin de la película.
Idiotas pretenciosos y provincianos…